Relato Gay – La noche de los pasivos vivientes

Ahora que se acerca halloween, os voy a contar una historia que me ocurrió el año pasado por estas fechas.

Había quedado con un hetero el fin de semana, pero a última hora me dejó plantado por su novia. No me sentó mal que no pudiera, pero sí que me estuviera mareando a mensajes durante varios días para luego decirme que no quedaríamos.

Como yo ya estaba super cachondo y con ganas de follar, me largué a un local de sexo para calmar mi sed.

Nada más entrar me desvestí y cogí un par de condones.

El nivel de tíos no era tan bueno como otras veces, pero había varios fibrados de gym en la barra y un par de osos muy musculados por ahí dando vueltas, el resto de la gente eran normales como yo.

Tras realizar la vuelta de reconocimiento vi a unos tíos hablando en italiano. «Esos vienen a follar seguro«, pensé. Y en cuanto se dispersaron me acerqué a uno de ellos, con barba que se había quedado mirando una película porno Allen King y Ángel Cruz.

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Me toqué un poco la polla y al momento ya lo tenía de rodillas comiéndomela.

Eran de los que la comen muy bien, hasta el fondo y sin hacer daño con los dientes. Me puso muy cachondo, tanto que lo levanté y él directamente se echó saliva en el culo. Quería follar allí mismo, así que ni me lo pensé, me puse el condón y empecé a follarlo. Quizas era el lugar mas indiscreto, pero nos la sudó. Mucha luz y delante de todo el mundo. Hubo algún curioso pero nadie se nos acercó ni hicieron corrillo, algo que agradecimos. Estabamos disfrutando bastante, pero se ve que se cansó, me sonrió y se fue.

A mi me dejó super cachondo y tenía que descargar como fuese. De repenté apareció mi salvación… Un conocido con el que ya había follado. Él es muy fan de los glory holes y le encanta meterse en una cabina y comer rabos.

Le cogí de la mano y sin casi mediar palabra, le metí en una cabina. El se agachó esperando a que metiera mi rabazo. Me la comió y luego puso el culo. Follar a alguien a través de un glory hole es un poco incómodo, al final acabas pegándote golpes contra la pared. Me aburrí y directamente me metí en la suya sin pedir ni permiso y lo estuve follando allí un par de minutos mientras él se la comía a otro por el agujero. Fue bastante corto porque enseguida los dos se corrieron y me volví a quedar con las ganas.

Me di una vuelta y el local parece que se estaba vacío. Pasé por el cuarto oscuro y se escuché bastante ruido de folladas y comidas de rabo !Qué morbo!

Entré y afortunadamente se veía un poco. Se me acercó un tío con bigote y empezamos a besarnos y a jugar con nuestras lenguas. El tio estaba bueno y enseguida se dio la vuelta moviendo su culo, asi que, cogí un condón y follada de pie en el cuarto oscuro. Iba con un amigo que también se aproximó, un tío que parecía bastante feo, pero super cachas. Le cogí la mano y se la acerqué a mi culo con la idea de que me follara y montaramos un trenecito. Me metió el dedo en el culo, pero no hizo nada más. Su colega pasivo me pidió tregua y se piró. Seguidamente se me puso delante su colega para que me lo follara también. Aquella noche no era mi dia para que me follaran, pensé.

Sin más contemplaciones lo puse contra la pared y le metoí unas buenas embestidas, de las que suenan al chocar los huevos con la parte posterior de los muslos, estaba en plan duro. Follada muy intensa pero se me volvió adelantar y se corrió.

Cansado un poco, me fui a tomar una copa. En la barra había un tio bajito, con barba y suspensorio que se me quedó mirando. Cuando terminé la copa me fui a la zona de la cama y éste me siguió manteniéndose a distancia. Me metí en una cabina y dejé la puerta abierta. El tio entró y enseguida se agachó metiéndose mi polla en la boca. Tras una buena mamada, me puso el culo. El tio se movía de maravilla y era superflexible. Follamos de todas las posturas posibles y en un momento dado levantó una pierna poniendo el pie en la cama para que yo me lo siguiera follando. Hicimos mucho ruido y finalmente termino corriendose en el suelo.

Salí de la cabina aburrido y con ganas de largarme. Eran casi las cuatro y no me había corrido. Hice una última pasada por el cuarto oscuro que estaba a reventar. Había tíos follando por todos lados. Con el morbo que da follar a la vista de todo el mundo y la acción se quedó ahí dentro.

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