Aún recuerdo el día cuando me bajé del coche para ver que se cocía en la zona de cruising de Ventas.
Y efectivamente, cuando cae la noche en la ciudad de Madrid, sus aparcamientos y alrededores se convierten en un auténtico «polvorín».
Así es el parking de Ventas. Donde al anochecer se celebran buenas orgías entre los arbustos y la pequeña colina que transcurre paralela a la M-30.
Allí, casi siempre me he encontrado jovencitos con buenas pollas que te la meten casi sin preguntar. Follada para arriba, follada para abajo y aquí no ha pasado nada. Así funciona el cruising.
¿Quién puede resistirse a la tentación de una buena follada al aire libre con un desconocido?
A día de hoy estoy casado y ya no busco follar de cruising, pero los recuerdos de mi época de soltero son muy buenos.
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